Abstract:
La criminalidad constituye uno de los más graves problemas que afecta nuestro país, ocupando la delincuencia juvenil un lugar importante dentro de dicho fenómeno, pero merecedora de una explicación sustancialmente diferente a la de la criminal de los adultos. Por tratarse de menores, la potestad punitiva del estado se ve limitada, atendiendo a los derechos especiales que amparan a niños y adolescentes, tema que debería ser el fundamento de la política criminal respecto a ellos. No obstante, la realidad nos muestra que la política criminal, contrariamente a los que disponen la Constitución Política y los Tratados Internacionales a los cuales se ha suscrito el Perú, progresivamente va adoptando medidas cada vez más drásticas, endureciendo las penas y creando nuevos tipos delictivos, sin haber logrado disminuirla significativamente.